Artista-curadora por Córdoba (del Primer Cruce en Casa13)
Desayuno:
Medialunas
Te
Encuentro
Casa 13
Meriendas:
Yuxtaposición
Habitar
Convivir
Son las palabras que sentí en aquella tarde.
Pienso, lo que puede significar un espacio.
Un espacio es habitarlo. Que el espacio me rodee y a la vez poder rodearlo.
Un contenerse, sentirse contenido y la vez rodearlo, abrazarlo desde lo físico como desde la vivencia.
Habitar es eso: estar ahí, en el lugar y a la vez transformarse en él.
Que es casa 13? Un espacio de arte y a la vez una casa, esa yuxtaposición, esa convivencia de ambas modalidades.
Es una casa, por sus muebles, por su living, su comedor, por su patio, por sus colores: Una casa.
Es un espacio de arte, por esta apertura, esta invitación a estar en ella, habitarla. y abordarla con un proyecto expositivo.
Abordarla en encuentros, con las obras, con la intervención, que mucho significa, estar en el lugar y trabajar en el lugar.
También habitar significa, encuentro con otras personas, convivir.
Aquí conviven obras, gente.
Qué puede tener esto de significativo?
Pues muchas cosas, sobre todo el cruce de personas y sus obras, el cruce de miradas en sus obras, el cruce y dialogo entre las obras y nosotros sus “habitantes”, los que nos invitamos a estar en ella, y compartir experiencias.
Reconstruir, transformar ese espacio en nuestra vivienda desde lo que significa estar dentro y abordarlo. Y lo que ese espacio también al habitarlo nos transforma, nos enlaza, nos va vinculando, tejiendo nuestras propias relaciones en ella, con el espacio en sí y con la gente que pasa por ella.
Cuál es mi rol?
Cómo habitarlo?
Qué es ser “curadora”? o al menos desde que lugar quiero serlo?
La figura de “curadora” supone una verticalidad, al menos lo veo de esa manera.
Y con Mara y Judtih, quise asumir este “rol” pero desde una actitud más a la par, más horizontal. No soy “curadora”, y si de alguna manera debo definirme lo haría como alguien que acompaña a las artistas, testigo y partícipe en sus procesos, las problemáticas de abordaje del espacio, las dudas o inquietudes, las certezas, las emociones. Partícipe desde mi mirada y lo que mi experiencia pueda aportarles.
Y a la vez este brindar y recibir es lo que construye y crece y da sentido al estar allí con ellas.
Yuxtaposición
Habitar
Convivir
Los sonidos, las risas. Lo que rodea, lo que está en toda la habitación, en todos sus rincones, lo que está presente y nos envuelve. Las risas por doquier. Ese anhelo de encontrar niños jugando en la casa, pero solamente es su “presencia” sonora. Lejos de ser fantasmal, nos invita a quedarnos en ella, y disfrutar la plenitud de una risa pura, de una alegría contagiosa. Pero me pregunto, ¿por qué no hay niños allí?, por qué los sonidos están despojados de “visibilidad”? A dónde quieren llevarme?
Las superficies, los fragmentos de colores, caprichosos en sus particiones formales se recortan en la pared; como si quisieran quebrar ese celeste furioso de la habitación. Los colores y sus superficies planas parecieran tener un deseo de abrirse paso pero están contenidos en sus límites. Los veo como una especie de mapas, de territorios. Pinturas que marcan su territorialidad como tales pero sus contornos irregulares y caprichosos intentaran expandirse y vincularse al espacio “pared”.
Que extrañeza encontrarse con los colores de Judith y los colores sonoros de Mara yuxtapuestos, conviviendo, habitando, compartiendo el espacio. Y cruzándose, vinculándose. Dos procesos enteramente diferentes, con motivaciones diferentes, pero habitándose una a la otra. Dialogando? Interactuando? Cruzando sentidos? Cuáles serán sus lecturas?
La mesa. Me encanta la mesa.
Es el lugar central de la habitación, es donde la gente se reúne, donde la gente disfruta, se encuentra, donde la casa como tal cobra sentido.
Es en la mesa donde Mara y Judith conviven, se reúnen y comparten literalmente.
Las pinturas de Judith encuentran en el mantel el ”descanso” de su estructura objetual como pintura, para relajarse y “ser” mantel. Donde la pintura funciona como quiebre en la pared; en la mesa la pintura se mimetiza y se transforma en mantel, donde el mapa y su territorio como pintura, se diluye en el espacio, donde confluyen.
Es en la mesa donde la gente se reúne, donde en la frutera encontramos bollos de papel, y queremos “comerlas”, queremos leer los pequeños secretos que esconden, donde encontramos palabras, sentidos, pequeños indicios para aquellas risas. En los bollitos de papel, encontramos los rastros dejados por los sonidos, son los murmullos silenciosos de las risas. Es el lugar a donde nos quiere transportar las risas.
El sonido es envolvente, es lejano y cercano a la vez, nos sugiere, nos contagia, pero continuamente se nos “escapa”. Los bollos de papel y sus palabras es lo que logramos asir para darles sentido, para poder darles imagen.
Yuxtaposición
Habitar
Convivir
Noche de apertura